« No hay relación sexual » : ¡la película!
Si todos conocemos la fórmula, seguramente somos pocos los que hemos visto el largometraje epónimo, realizado en 2011 por el artista plástico francés Raphaël Siboni[1]. Si ya no figura en cartelera, su actualidad permanece intacta si consideramos la caja de resonancia que le ofrece la incursión sobre la pornografía propuesta por Jacques-Alain Miller en su conferencia “ El inconsciente y el cuerpo hablante”[2].
Es que R. Siboni interpreta la materia misma de ésta pornografía electrónica, este “síntoma de [el] imperio de la técnica”[3] del cual J.-A. Miller nos habla. El artista, en efecto, ha desengrasado, para estructurarlas en narración, un magma de mil horas de tomas existentes captadas por la cámara fija que HPG, pionero del “gonzo” en Francia, ha tomado por costumbre colocar, desde hace unos años, en los rodajes que orquesta en calidad de actor – realizador – productor. El famoso pornógrafo habría difundido los making of obtenidos en la Red, si él mismo no hubiera aceptado abandonarlos – y con ellos, él mismo – a la visión de otro artista.
No más película X que documental entre bastidores de X. “No hay relación sexual” ofrece la ocasión inédita de “pensar”[4] – por fin – este objeto de consumo que es la pornografía, la cual “reintegra la copulación en el campo de la representación, ella misma elevada a una escala de masas”[5] librando en un clic la mirada del espectador a imágenes cuya intensidad impacta su cuerpo sin la mediación del fantasma.
El fuera de campo de la práctica de sexo, tal como R. Siboni lo da a ver, da cuenta de la pornografía como de “una herramienta de representación que […] se coloca entre los cuerpos”[6] : no hay pornografía sin el espacio vacío en el que se desliza el cuerpo suplementario de la cámara; no hay pornografía sin artificios, no hay pornografía sin cortes. En el país de una mecánica errante de placer, el simulacro es rey y los enredos del lenguaje se revelan ahí quizás mas vivos aún que en orto lugar. Así HPG, resultante de un cuerpo caliente, completamente confuso de descubrirse parlêtre, emociona más de una vez por su torpeza al dar a sus actores tal o tal indicación guionista.
Sin embargo, de la soledad radical que golpea estos cuerpos extenuados pueden surgir momentos de pura gracia : esos dos actores, por ejemplo, que a la ocasión de un descanso, se estrechan largamente en un abrazo de otro tipo. Una vez que el deseo sumerge la pantalla y que el amor se manifiesta a nuestra memoria como suplencia de lo que no cesa de no escribirse.
Resumiendo, R. Siboni de-muestra en la pantalla lo que J.-A. Miller afirma a la tribuna, esto es que “la omnipresencia del porno a comienzos de este siglo no dice otra cosa que la relación sexual no existe,”[7]. Así todo clínico deseoso de apoyar esta clínica de la pornografía “insistente y [que], desde hace unos quince años, […] se ha vuelto extremadamente presente en los análisis”[8] podrá aprovecharse de la invitación de este rodeo cinematográfico.
Traducción: Alba Cifuentes Suarez
[1] Siboni R., « Il n’y a pas de rapport sexuel », Capricci Film, 2012.
[2] Miller J.-A., « El inconsciente y el cuerpo hablante » : http://wapol.org/es/articulos/Template.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=13&intEdicion=9&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=2742&intIdiomaArticulo=1
[3] Ibid.
[4] Entrevista de R. Siboni por F. Bourlez disponible en nonfiction.fr : http://www.nonfiction.fr/article-6604-dossier penser_le_porno_aujourdhui.htm. Sobre este tema, ver también : Bourlez F., « Le hors champ de la baise » sur en la web de l’envers de Paris : http://enversdeparis.org/2014/01/09/le-hors-champ-de-la-baise/
[5] Miller J.-A., « El inconsciente y el cuerpo hablante », op cit.
[6] Entrevista de R. Siboni por F. Bourlez
[7] Miller J.-A., « El inconsciente y el cuerpo hablante », op cit.
[8] Ibid.