TOXICOSIS Un caso de histeria femenina

El caso puede construirse a partir del fin del análisis y del pase. “Toxicosis” es el nombre de un sinthome producido en el ultrapase y a partir del que se puede construir – a posteriori – mi caso. Un caso de histeria femenina en la época del parlêtre.
Es a partir del sentimiento de muerte inminente sentido en varias ocasiones cuando se acercaba el fin del análisis que se puede leer mi caso. Como resto de la experiencia analítica, este evento de cuerpo conmemora la marca primera del significante sobre el cuerpo. En las primeras semanas de vida, una toxicosis infantil había necesitado una hospitalización en urgencias. Este evento fue fijado en una escena traumática en la cual el abuelo cargaba con la pequeña “muerta” hasta el hospital, transmitiéndole que sin él ella ya no estaría viva. El enunciado materno recurrente y amenazador – “la vida se cargara de domarte” – dio valor y sentido a esta escena al origen del fantasma fundamental “ser pegada por la vida” o, mas ampliamente, “ser pegada por la lengua”
El rechazo del seno materno inauguró la relación al Orto primordial al que me ataba no por amor sino por miedo. Rechacé muy pronto de no concederle nada a mi madre. Una anorexia en cuanto a la palabra y una restricción alimentaria fueron los principales síntomas, defensas frente a la melancolía de la madre. El significante “domar” determinó mi posición subjetiva – hacer la muerta – bajo diversas formas sintomáticas ( hacerse discreta, hacerse olvidar, no hacerse ver ni oír, fundirse en el paisaje, no instalarse en ningún sitio de forma duradera). Otros síntomas fueron los refugios de un goce masoquista – onicofagia, compra de zapatos demasiado pequeños, cefaleas, rechazo al saber – vinculados con la culpabilidad edípica y el rechazo de la feminidad. Algunos fueron recursos para “ablandar” el Otro maternal. El amor y la idealización paternal habían alimentado el estrago maternal, y la hostilidad hacia mi madre surgió a cinco años cuando mi padre dejo definitivamente el hogar familiar por otra mujer.
Cerca del fin del análisis, el levantamiento de la represión y de la neurosis infantil produjo un primer ataque del fantasma, acompañado de una deflación del deseo, de tristeza y de asco. Conjuntamente, la caída progresiva de identificaciones viriles – “atleta”, la falicización obtenida por la atracción por las cosas de la muerte, la que puede escuchar y ver todo – permitió la asunción de la castración. Tres sueños sobrevenidos hacia el fin del análisis dieron una vía a la posición femenina.
El levantamiento del síntoma fundamental – la desinstalación- síntoma – me llevo hacia el deseo del analista. Su extracción de los estragos del vinculo con la madre precipitó el fin del análisis. El pase clínico conjugó travesía relámpago del fantasma (desprendimiento del objeto voz como el objeto esperado del Otro del cuadro fantasmatico) y iteración del goce bajo la forma de signos clínicos percibidos, a posteriori, como cercanos a la toxicosis infantil. El pase fue el destino de este análisis. La Escuela se convirtió en un lugar al que dirigirse y un soporte al amor de transferencia.
Toxicosis es el nombre del sinthome producido en el ultrapase. Este significante era ignorado por mi hasta entonces. Como goce, este evento revela el rastro de lo que el sujeto fue como objeto para el Otro en su erección de viviente. Esto se repite en el pase en torno al agujero de lo simbólico y de lo real. Como letra, Toxicosis, no tiene ninguna significación.
En el ultrapase se persigue la deshisterización y la cavadura de la inexistencia del Otro, permitiendo “estabilizar” una posición femenina del ser. Se precisa el estilo, la palabra articulada a la causa analítica se ha convertido en el objeto central.
Traducción: Alba Cifuentes Suarez
Revisión: Rosana Montani-Sedoud
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