El ser sexuado no se autoriza más que por sí mismo….y por algún otro.

Disforia de género es el diagnóstico que, en el DSM-V, “se refiere al sufrimiento que puede acompañar la incongruencia entre el género sentido o expresado por un individuo y el género asignado”1 sustituyendo el trastorno de la identidad de género del DSM-IV.
Los criterios diagnósticos para la disforia de género se especifican en niños, en adolescentes y en adultos.
En cualquier caso, la incongruencia entre género sentido y género asignado debe tener una duración de por lo menos 6 meses y los criterios con los que se manifiesta, para niños y adolescentes, van desde el deseo o afirmación de pertenecer al sexo opuesto, a la preferencia de la indumentaria, y/o el travestismo, de los roles, de los juegos, de juguetes, de actividades, de compañeros sexuales del género opuesto, a la aversión por la propia anatomía sexual y al deseo de las características sexuales primarias y/o secundarias del genero sentido; mientras que para los adultos los criterios se enumeran en varias declinaciones de la incongruencia entre género sentido y/o expresado y aquel esperado y/o deseado.
La disforia de género se considera independiente de la orientación sexual, aún si se constata que los niños/as que muestran una persistencia, son atraídos por individuos de su mismo sexo “de nacimiento”. La disforia de género concierne en realidad al ego, la identidad. El film The Danish Girl de Tom Hooper, basado en una historia real, nos muestra como la identidad despegada del deseo y del goce puede ser peligrosa. Lili Elbe, nacida Einar Wegegener, “siente” crecer dentro de si una nueva identidad femenina y, con la ayuda de su mujer con la que hasta ese momento había compartido una vida de artista, decide someterse a varias intervenciones de reasignación sexual. El film, sobre la onda del movimiento LGBTIQ2, sostiene la heroica pionera que, al precio de la muerte- en realidad ocurrida en la quinta intervención, de implantación del útero- con la ayuda de un médico que entró en su delirio, intentó conseguir su máxima aspiración: una mujer que podía tener hijos.
Pero justamente el término “disforia” utilizado en psiquiatría para indicar una alteración del humor en sentido depresivo, es síntoma del retorno del gran reprimido de esta clasificación: el objeto. Como Freud nos enseña, en la melancolía la sombra del objeto cae sobre el yo, el yo se identifica al objeto perdido y sufre la censura de la conciencia moral. La disforia nos señala una falta que concierne al objeto y no al yo. El DSM-V considera además que entre las niñas “nacidas hembras” se descubre el deseo de tener pene, o afirmar que lo poseen o que crecerá más tarde. Afirmación esta que nos recuerda algo….Así Freud describe la respuesta de la niña al descubrimiento de la diferencia sexual: “ Ella lo ha visto, sabe que no lo tiene, y quiere tenerlo” 3 ! Más tarde la constatación de la propia eviración conduce a la niña a varias posibles soluciones, una de las cuales es el “complejo de masculinidad” que puede desembocar en la elección homosexual.4 Deseo, elección de objeto y deseo son la brújula que orienta al psicoanálisis y sostiene al sujeto en la asunción de su propio sexo.
S., nacida con un trastorno de la diferenciación sexual, se sometió a una primera operación en la primera infancia, creció como niña y como una muchacha. Ya adulta se decidió por una operación que la dotó de vagina.
S. nunca tuvo dudas sobre de su identidad sexual, pero luego de la operación se abre para ella el interrogante acerca de que significa ser una mujer, qué cosa la vuelve mujer.
Interrogante acerca del cual no cesa de romperse la cabeza, hasta que cae en la cuenta que la cuestión no se puede decidir, pues una identidad sexual femenina no tiene una consistencia y que la única respuesta que puede encontrar es a través del encuentro con el Otro que se presentará en las contingencias de la vida.
La solución del gender, tanto en el DSM-V como en las reivindicaciones del movimiento LGTBQ, va en el sentido de una auto-nominación: cada uno elige el sexo que desea, sea a través de la solución legal o de aquella médico-quirúrgica. La solución psicoanalítica es distinta: para Lacan “el ser sexuado no se autoriza más que por si mismo…y por algún otro”5, se trata de una nominación que incluye al Otro en el cual el sujeto ha colocado los propios objetos y del cual depende.
1 American Psychiatric Association, DSM-5, Manual diagnostico y estadistico de los transtornos mentales, quinta edicion, 2014, Editorial Médica Panamericana.
2 LGBTIQQ: son las siglas que designan las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer.
3 Freud, S. « Algunas consecuencias psiquicas de la diferencia sexual anatomica » in Obras completas, tomo XI, editor Amorrortu.
4 Freud, S. « Sobre la sexualidad femenina » in Obras completas, tomo XXI, editor Amorrortu.
5 Lacan, J., Les non dupes errent, lecion del 9 de abril de 1974, inédito.
Traducción : Luisella Rossi
Revisión : Rosana Montani-Sedoud